jueves, 31 de mayo de 2007

EL BUEN TIEMPO



Siempre me ha gustado esa temperatura tibia de los atardeceres de primavera, es el preludio del verano. Ahora más que nunca, cuando salgo a la calle en esos momentos, me paro, y siento la vida en cada paso que doy, en cada sonido y en cada olor. La vida no da tiempo, ten cuidado.


No hay nada más gratificante, que disfrutar de cada segundo, no puedo olvidar eso. No quiero hacer grandes cosas, pero si dejarles un buen legado a mis hijos, nuestros dos hijos, porque una de las muchas cosas que aprendí de tí, fue esto, la devoción y dedicación a tus hijos, todo tu trabajo se encamino a un mismo destino cuando ellos aparecieron en nuestras vidas.


Con todo esto quiero decir que no será la ambición la que guíe mis pasos, que lucharé a brazo partido(como tú me enseñaste), pero no dejaré a un lado el saber disfrutar de la vida y saborear los pequeños placeres que nos ofrece, que por ser pequeños son los más grandes.


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